Discrecionalidad

nada sabes tú de los incendios que dejas al paso 
de las cenizas que cubren mis carnes... 
de la oscuridad en mi boca que te llama.

nada sabes tú                         -ni lo sospechas- 
de las bondades estridentes de mi noche 
nomás porque hablo bajito 
y cruzo                                  -a discreción- 
las piernas.



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