la falda...

Justo ayer usé falda... hacía prácticamente un año que mis piernas no sabían del viento y el sol... es extraño cómo una simple pieza de tela —porque al final de cuentas no es más que un trozo de tela—, logra hacerla sentir a una distinta.

Esa sensación de desnudez, de carne expuesta... de miradas.

Ayer usé falda, y mis piernas hablaron por mí. Recordé que existen, que están ahí abajo, que son dos, redonditas y bien torneadas. Que me llevan y me traen con pasos firmes... sin quejarse, sin reclamar su espacio en las fotografías, allí calladitas bajo los pantalones de dura mezclilla.

Y entonces, recordé que toda yo soy de piel, de carne... que no soy sólo un cerebro frío, y una voz leyendo poesía cada martes. Recordé que hay una piel muy blanca que me cubre, que me envuelve... Y hoy, jugué con ella.

MMR

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