Oda al beso... ¡oda pues!

 

The Birthday | Marc Chagall (1915).

Una idealiza, quizá, el beso

por tratarse del primer amoroso contacto

—en el hervor adolescente—

con el sujeto amado.

Ante las restricciones de

aquellas "buenas costumbres"

posibilidad única de fusión

con el anhelado, anheladísimo

depositario del propio ser.

Y la parafernalia mediática

—alegoría del gozo—

que promete                    en el beso

la consumación del acto.

Se idealiza en el contacto bucal

—con toda su lúbrica

y recíproca inmersión—

el gozo compartido

sinécdoque de sabores y aliento

el deleite de las horas

el encuentro.