Salix babylonica

De niña tuve un álbum de estampas de árboles. 

Recuerdo el avasallador impacto al conocer el «sauce llorón»: 
sus infinitas lágrimas, la inconmensurable tristeza. 
Tal contundente posibilidad de agobio. 

Mi pueril entendimiento de la vida, en aquellos felices años, fue rebasado.

Lo mismo que al intentar aprehender la dimensión de los océanos 
o la pletórica luminosidad del cielo por las noches 

Así, justo así, la tan grande tristeza del sauce llorón, 
desde una lustrosa estampita impresa.






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