He visto al deseo morir
He visto al deseo morir.
Grandes pasiones yacer
-sin rastro del latido que alguna vez incendiara noches y siglos enteros-
ahora inertes, en el desierto del olvido.
Grilletes mutilando alas
de ansiedades condenadas
a perecer famélicas
en oscuros calabozos
que nadie recuerda más.
Espectáculo sórdido
y triste hasta el infinito
la desaparición forzada
del gozo.
Caricias huérfanas ciegas
que se pierden en callejones
llevándose una historia
que no se contará jamás.
He visto, sí, la desolación.
Por eso resguardo entre lo más valioso
este fuego nuestro,
esta sonrisa que delata
humedades secretas,
este latir latente
entre las piernas
el respirar que toma el ritmo
que tu cuerpo dicta...
el calor que nace y estalla
con
tu
sola
palabra.
Porque, sí, he visto al deseo morir
y sé también
que este delirio me ha tomado el alma
y vivirá conmigo
en tanto yo viva.
Porque, sí, he visto al deseo morir
y sé también
que este delirio me ha tomado el alma
y vivirá conmigo
en tanto yo viva.
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