Perversión recíproca [se parece tanto al amor]


Luego de pensarlo un tiempo:
     la clave radica
     en la interlocución

En descubrirnos 
     tierra fértil
     a las palabras del otro

     y encontrar
     en su ansiedad
     el espejo de la propia

No, no es solo descifrar
     los misterios del mutuo deseo

     —segura estoy que conservamos
          manojos de sombras
          y resquicios
          que no habremos de
          develar—
     y así es mejor.

Se trata entonces
     de saberes tácitos
     intuiciones
     guiños de su cuerpo al mío
     asuntos de mi piel a su piel
     que      
     —más allá de
          tiempo y distancia—
     se saben

          [complicidad de soundtrack]

Sí, es una suerte 
     no cualquiera abraza 
     y atesora
     tu perversión:

     —porque no es solo alimentarla
          corresponderla
          sino que la encuentre verdaderamente
          candorosa
          indispensable—

Y, más aún, que tal fascinación vaya tejiéndose
      —recíprocamente—
     con palabras

Porque sí, por sobre todo, quizá
     —supongo—
     son las palabras
     
     nombrando al deseo

          nombrándonos.


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