quiero en la noche más oscura
mostrarte mi teoría del amor
sobre las paredes
sin ocuparnos en detalles inocuos
estériles
vanos
como puede ser la textura
rugosa y fría de la superficie
mucho menos las prosaicas esquinas
con sus filos sordos
y vulgares.
No, yo voy a mostrarte a detalle y con vehemencia
la prodigiosa capacidad humana
de romper cuanta ley de la física intervenga
en el sublime acto de llenarse
una con el otro
y embestirse en la verticalidad
que se burla de Newton y su manzana.
Voy a mostrarte el hábil oficio de mis piernas
aferrándose en el más húmedo de los abrazos
a tu centro
que atraviesa infame el núcleo de mi voluntad
y mi deseo.
Seré, óyelo bien: irreductible
sin tregua
hasta el último gemido
hasta dejar colgada
sobre cada una de tus paredes
la imagen de esta teoría amorosa
que propone que es posible
amarse en caída libre
sin tocar jamás el suelo.
sobre las paredes
sin ocuparnos en detalles inocuos
estériles
vanos
como puede ser la textura
rugosa y fría de la superficie
mucho menos las prosaicas esquinas
con sus filos sordos
y vulgares.
No, yo voy a mostrarte a detalle y con vehemencia
la prodigiosa capacidad humana
de romper cuanta ley de la física intervenga
en el sublime acto de llenarse
una con el otro
y embestirse en la verticalidad
que se burla de Newton y su manzana.
Voy a mostrarte el hábil oficio de mis piernas
aferrándose en el más húmedo de los abrazos
a tu centro
que atraviesa infame el núcleo de mi voluntad
y mi deseo.
Seré, óyelo bien: irreductible
sin tregua
hasta el último gemido
hasta dejar colgada
sobre cada una de tus paredes
la imagen de esta teoría amorosa
que propone que es posible
amarse en caída libre
sin tocar jamás el suelo.
Publicado en:
The San Diego Poetry Annual 2013-14,
2014, San Diego: Garden Oak Press.
Comentarios